Cultura de lo psíquico, espiritual y trascendente.
El huevo cósmico preexistió al complejísimo mundo de las estrellas, galaxias y metagalaxias. Todo el universo actual, aún en proceso expansivo y evolutivo, empezó en el Big Bang. El asombroso mundo de la biodiversidad, de los millones de especies y subespecies vegetales y animales, fue primero un mundo unicelular. El sujeto humano, cima y culminación de la evolución terrestre, arrancó de un cigoto. En nueve meses de embriogénesis intrauterina se organiza y desarrolla el gran misterio de la unidad psicosomática; el gran misterio de la superioridad y trascendencia del hombre sobre el animal. En la historia universal todo es cuestión de tiempo y de dinámica evolutiva. Todo es cuestión de planos y niveles organizativos, interdependientes e interactivos. Lo biológico, lo psíquico, lo espiritual y trascendente, forman una unidad que se diversifica y especializa en células, tejidos celulares, órganos, funciones y facultades operativas, cada vez más complejas y misteriosas.